Es una alteración que puede sufrir una mujer como consecuencia de una estimulación ovárica, y es una de las complicaciones más graves asociadas a un tratamiento de FIV. Se produce cuando la respuesta ovárica a la medicación es exagerada y los niveles hormonales de estradiol alcanzan niveles muy altos. Esto provoca que salga líquido de los vasos sanguíneos hacia la cavidad abdominal, con las alteraciones hidroelectrolíticas que ello conlleva.
Cuando existe riesgo de hiperestimulación ovárica nunca vamos a transferir los embriones en fresco (directamente después de la punción), si no que los vitrificaremos, dejaremos que baje la regla y los niveles hormonales se normalicen, y transferiremos en el ciclo posterior.
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